Este es el pueblo con puentes que hay que visitar una vez en la vida, te parecerá que estás en Venecia, pero en realidad estarás en España. Nuestro país tiene una gran variedad de lugares qué visitar, son zonas que pueden convertirse en una auténtico lugar en el que realmente podemos empezar a visualizar algunos cambios destacados. En este momento, habrá llegado el momento de empezar a ver algunos detalles que pueden ser claves y que quizás hasta ahora no hubiéramos pensado que tenemos tan cerca.

Viajar a Venecia es algo que todo el mundo quiere hacer, al menos una vez en la vida. La magia del agua que recorre la ciudad. Esos canales cargados de buenas sensaciones, el simple ruido del agua, pero también la historia de una ciudad que se ha convertido en un auténtico referente en todos los sentidos. Por suerte, no tendremos que salir de España para revivir esa sensación de tranquilidad que desprende. En nuestro país, podemos descubrir en primera persona lo que se siente al estar en una zona para la que debemos estar preparados.

Está en España, pero parece Venecia

Visitar los increíbles pueblos que tenemos en España es una opción que debemos tener en cuenta y que cada vez más nos descubre pequeños tesoros. Viajar cerca de casa es una manera de ahorrar sin renunciar al placer de pasarlo bien, explorando un territorio que lo tiene todo y más para sorprendernos.

La gran cantidad de pueblos que tenemos en nuestro país es sin duda alguna una excusa perfecta para conocer en todo momento qué nos estará esperando en estos días que tenemos por delante y que podemos empezar a organizar. Cualquier escapada romántica se verá de otra manera si empezamos a prepararnos para lo que está por llegar, son tiempos de cambios y de mirar un poco más allá.

Quedarse en España tiene premio. Además de disfrutar de la mejor gastronomía del mundo, no importa el lugar en el que estemos conseguiremos obtener aquello que deseamos y más. Habrá llegado el momento de empezar a crear algunos elementos que quizás hasta ahora no habíamos ni imaginado.

Podemos incluso tener una pequeña Venecia cerca de casa. Lo que parece un sueño, acaba siendo una realidad. Toma nota de este punto de España que quizás no conocías.

El pueblo de los puentes que hay que visitar una vez en la vida

Este es el pueblo de los puentes que hay que visitar siempre que puedas o al menos una vez en la vida, está en España y recuerda mucho en Venecia. Sólo tendremos que ir hasta Cataluña para poder ver ese mar que llega casi hasta las casas, esa naturaleza que calma, mente y cuerpo.

Siguiendo con la explicación de la web de este municipio: «Ampuriabrava es una entidad de población del municipio de Castellón de Ampurias, en la comarca del Alto Ampurdán, provincia de Gerona (España). Está situada en pleno golfo de Rosas, rodeada por el Parque Natural de las Marismas del Ampurdán, y constituye la marina residencial más importante de Europa, con unos 24 km de canales navegables. Contaba con una población censada de 7805 habitantes en 2012. El núcleo se encuentra en el golfo de Rosas, rodeado por el Parque Natural de las Marismas del Ampurdán, entre los municipios de Rosas y San Pedro Pescador. Dispone de una playa de 1,5 km de largo que se extiende desde el límite con Rosas hasta la desembocadura del rio Muga, al sur de la urbanización».

Podemos visitar este singular pueblo y disfrutar de una serie de elementos que son los que marcarán la diferencia en todos los sentidos: «Antes de la edificación del núcleo de Ampuriabrava, los terrenos formaban parte de los pantanos ampurdaneses, figura geográfica sin ningún tipo de protección legal . En estas tierras, muy aptas para el cultivo de arroz, existían 5 grandes masías: Llebrer, Modaguer, Moixó, Vell y Torre Ribota, todas en manos de grandes propietarios y en zona de pastura. La parte costera, denominada Tribanes, estaba dividida en pequeñas propiedades que habían surgido de la desamortización, a finales del siglo XIX. Los primeros intentos urbanizadores nacen en 1964 de mano del marqués de Sant Morí junto con los empresarios Miquel Arpa i Batlle y y su cuñado Fernando Vilallonga i Rossell. El proyecto, que se presentó en 1965 ante el ayuntamiento, fue muy criticado por los propietarios agrícolas. No obstante, en 1967 comienzan a construirse los primeros canales y viviendas, según el modelo de la marina residencial de alto nivel. Ésta estaba inspirada sobre todo en otros proyectos similares surgidos en Florida, y que a su vez pretendían imitar el ideal romántico de la Venecia clásica. En Europa, por ejemplo, ya se había proyectado la marina de Port Grimaud en la Costa Zaul con un modelo similar. Las ventas de las propiedades de Ampuriabrava fueron un éxito, sobre todo en Alemania. Así pues, en 1975 se inició la segunda fase que incluía una extensión de 600 ha que finalmente no se completó por el crecimiento de la conciencia conservacionista unido a la crisis económica mundial. La campaña de movilización ecologista incluyó manifestaciones y llamadas solidarias para preservar el territorio, y a raíz de estos movimientos surgió la protección definitiva de los pantanos por parte de la Generalitat de Cataluña, creando el Parque Natural de las Marismas del Ampurdán en 1983. Finalmente, los gestores privados de la marina pasaron a ser públicos, vía municipal, desde la década de 1980. Este cambio consolidó el modelo residencial de Ampuriabrava, aumentado y mejorando las infraestructuras y llevando a cabo las iniciativas necesarias para una población más estable y menos estacional».